News:

@Freecatfights: Please follow us on Twitter for news and updates in the event of site outages.

Una esposa y una amiga (español)

  • 4 Replies
  • 1540 Views
*

Offline mich25

  • Junior Member
  • **
  • 10
Una esposa y una amiga (español)
« on: June 19, 2022, 10:49:21 PM »
Mi esposa y yo, estudiamos corretaje de propiedades en una Universidad de California y actualmente trabajamos en una empresa del rubro. Ademas, vivimos en una casa de tres habitaciones, dos baños y un gran jardín ubicada en los suburbios de los Ángeles. Es época de verano, por lo que cada mañana me levanto temprano y voy a la cocina a prepararme
una sabrosa taza de café. Luego me dirijo a la sala en donde se encuentra mi sillón reclinable, el cual, está ubicado en frente del televisor y en el cual observo los canales de deportes.

Mi nombre es José, 30 años, 1.80cm, 74 kilos, moreno, ojos cafés, cuerpo en forma gracias al gimnasio. Mi esposa Lisa, 28 años,1.65 cm, 54 kilos, pechos copa 36C, cabellos largos castaños, ojos cafés y cuerpo en forma gracias al pilates. 

Esta mañana de sábado estaba viendo un partido de béisbol cuando mi esposa entró en la sala y me dijo:   

"Amor, no olvides comprar tierra vegetal para nuestro jardín".

"Muy bien cariño, por cierto Emilia vendrá más tarde a ver el juego", respondí prontamente.

Emilia, 29 años, 1.66 cm, 54 kilos, pechos copa 36C, cabellos cortos rubios, ojos verdes y cuerpo en forma debido al gimnasio, ha sido mi mejor amiga desde la infancia incluso después de terminar la escuela secundaria pensé seriamente en pedirle matrimonio, pero justo en esa época ella comenzó a tener un novio distinto cada semana por lo que mis planes de matrimonio se esfumaron. Además, al ingresar a la universidad conocí a Lisa, quién se convirtió en mi novia y luego de terminar la carrera, en mi esposa.

Estaba absorto en estos pensamientos cuando recordé que debía ir a comprar la tierra vegetal, así que salí raudamente de la casa y conduje en mi camioneta hasta el supermercado más cercano y al regresar, traía dos grandes bolsas que dejé en el garaje junto a unos paquetes de semillas que Lisa había comprado hacía un par de semanas. Al ingresar a la casa pude ver a mi esposa sentada en la mesa de la cocina comiendo cereal, tomando café y leyendo un libro. Llevaba su largo cabello castaño atado en forma de cola de caballo, además usaba una camiseta de algodón blanca y una falda de jean.

"Buenos días, cariño", dije mientras me inclinaba para besar su mejilla.

¿A qué hora es el juego? preguntó Lisa con indiferencia.

"Hoy a las tres de la tarde", contesté presuroso.

A Lisa no le interesaban los deportes, pero de igual modo preguntó:

¿Crees que puedes aplicar una capa de tierra en el jardín, antes del juego?

"Eso sería mucho trabajo, cariño", respondí.

"Tú eras quien quería una casa con un gran jardín", espetó Lisa.

"Lo sé, simplemente no me gustaría trabajar antes del juego", contesté conteniendo la ira.

entonces Lisa cambió el tono de voz y contestó:

"Si haces esto por mí, haré lo que tú quieras"

¿Cualquier cosa?, pregunté incrédulo.

"Si, y una vez que todo el trabajo esté terminado, seré toda tuya”, me susurró sensualmente en mi oído.

Diez minutos más tarde, me hallaba dispuesto a trabajar en aquel terreno de aproximadamente veinte metros cuadrados en el frontis de la casa y que sería supuestamente nuestro jardín.Tenía una pala, un rastrillo y un azadón más las bolsas de tierra y los paquetes de semillas. Aunque era temprano, el calor del verano
ya se hacía sentir pero aun así tomé la pala y la hundí con fuerza en aquel sedimento. Mientras perforaba el terreno, mi mente comenzó a divagar acerca de mi vida sexual con Lisa. Aunque el sexo había estado bien, algo había comenzado a ocurrir este último tiempo ya que se había vuelto monótono, es decir, solíamos hacerlo los mismos días y a la misma hora y usando la misma posición llamada "el misionero", y aunque ella no se quejaba algo me decía que a nuestra relación le faltaba fantasía erótica. Con respecto a esto último, desde muy joven había sido un aficionado a la lucha de mujeres, esta afición comenzó cuando fui llevado al cine a ver una película francesa de espías tipo James Bond. De hecho, hubo una escena en donde el actor principal que hacía de agente secreto se debía reunir con un informante en un club nocturno, el cual, tenía una gran hamaca blanca colgada justo en el centro del cabaret mientras que a su alrededor se hallaban mesas y sillas ocupadas por un máximo de cuatro personas.

De pronto, apareció un hombre con micrófono en mano anunciando el gran evento de la noche:  “Una lucha femenina sobre la hamaca”.

Acto seguido, una música lenta y sensual comenzó a sonar en todo el lugar mientras dos bellas mujeres de 25 años aparecieron vestidas con bikini de guepardo. Una de ellas era rubia de piel bronceada, cabellera larga lisa y enrollada hacia arriba mientras que la otra mujer era pelirroja, piel caucásica, cabellera ondulada la cual le caía sobre sus hombros. Ambas tenían aproximadamente la misma estatura (1.65cm), el mismo peso (54 kilos) y el mismo tamaño de pechos (copa 36C) mientras que sus cuerpos estaban en forma. De pronto, todas las luces se apagaron quedando solo un gran reflector encendido, el cual, iluminaba la hamaca. Fue así que una vez que ambas mujeres estuvieron sobre la hamaca, agazaparon sus cuerpos y comenzaron a desplazarse lenta y sigilosamente en círculos hasta llegar al centro de la estructura colgante, sin apartar la vista la una de la otra.

En ese preciso momento, sus cuerpos se abalanzaron el uno contra el otro, chocando y luego cayendo sobre la lona entonces se abrazaron y comenzaron a rodar de un lado a otro mientras cada una intentaba quedar en la posición superior, pero la flexibilidad que exhibían sus cuerpos impedía que alguna lograse tal ventaja mientras tanto el público las alentaba con gran fervor. A medida que la lucha transcurría poco a poco se comenzó a notar los síntomas de cansancio en ambas luchadoras ya que la intensidad mostrada en un comienzo había ido disminuyendo paulatinamente haciendo que sus movimientos se tornasen más lentos mientras que sus cuerpos mostraban un brillo percolado debido al sudor, en tanto sus peinados también habían perdido la consistencia inicial y sus gemidos se hacían cada vez más ruidosos.

De pronto y mientras ambas luchadoras se encontraban en el centro de la hamaca, luchando cuerpo a cuerpo, la pelirroja pudo colocar sus piernas alrededor del cuello de su rival,
para luego apretar sus muslos con fuerza haciendo que el cuerpo de la rubia comenzara a contorsionarse frenéticamente de un lado a otro intentando escapar de aquella sofocación incluso utilizó sus manos para apartar aquellos muslos, pero sus fuerzas ya no eran las mismas que al comienzo, por ende, resultaban inútiles. Fue así como al cabo de un par de segundos, la rubia quedaba inconsciente sobre la lona mientra la pelirroja se incorporaba raudamente para luego alzar sus brazos y dar brincos de felicidad justo al lado en donde
se hallaba su rival derrotada mientras el público presente la aplaudía eufóricamente.

De pronto, una voz lejana me apartó de estos pensamientos, devolviéndome al presente.

"Hola José", gritó Emilia desde la puerta de entrada. Ella llevaba puesto un vestido amarillo de mangas cortas con flores estampadas.

"Hola", contesté apresurado.

¿Estás atareado haciendo el jardín?, preguntó Emilia.

"Estoy preparándolo para sembrarlo", le respondí resignado.

"Espero que te estén pagando bien por esto", dijo Emilia

"Bueno, supuestamente", contesté.

Cuando abrí la puerta de entrada, ella ingresó luego se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla para luego consultar con un tono de voz pícara:

Bueno y tu mujer, ¿qué te está ofreciendo?

"Ella dijo cualquier cosa", respondí un tanto incómodo.

"Te daría una mano pero desafortunadamente no vine vestida para el trabajo, así que me voy a sentar allí y te veré trabajar", dijo Emilia.

Quince minutos más tarde, mis brazos y piernas dolían en verdad así que decidí interrumpir mi labor por lo que comencé a caminar lentamente
de regreso a la casa y mientras lo hacía me saqué mi camiseta blanca de algodón, la cual se hallaba totalmente empapada de sudor.

"Oh sí, quítatelo bebé", gritó Emilia emocionada.

Me detuve en seco y miré a Emilia, entonces sonreí.

"Sí, quítatelo bebé", gritó nuevamente Emilia.

Como si fuera un stripper masculino, comencé a agitar mi camiseta sobre mi cabeza, girándola en el aire para luego lanzarla en su dirección.

"Sí, eso bebé, ven aquí y toma tu dólar", gritó Emilia mientras agitaba un billete en su mano.

Seguí bailando hasta llegar a ella.

"Sacúdelo nene", gritó Emilia excitada.

Al estar cerca de ella, intenté agarrar el billete, pero Emilia fue más rápida y lo sacó de mi alcance.

"No tan rápido, vaquero", dijo Emilia.

Luego se inclinó y deslizó el billete en mi cintura justo por encima de mi entrepierna, sentí que su mano rozaba mi estómago haciendo que mi pene
se endureciera.

"Haz temblar ese dólar, bebé", gritó Emilia.

Intenté sacudir mis caderas de lado a lado, pero Emilia me sorprendió nuevamente al presionar su cuerpo contra el mío. El aroma de su cuerpo golpeó mi olfato mientras su cuerpo se unía al mío haciendo que mi pene se volviera totalmente duro. Al sentir su cuerpo, me alejé de ella avergonzado y fue entonces que vimos a Lisa.

"Hola Lisa", dijo Emilia.

Lisa devolvió el saludo de mala gana ya que a mi mujer no le gusta el sentido de humor que usamos con Emilia, lo considera chabacano.

Acto seguido, Lisa me preguntó: ¿Bailas y te sacas la camiseta?

¿Qué sucede contigo?, respondió Emilia con tono molesto.

Pude ver como la furia se apoderaba de mi mujer, pero sin mediar palabra alguna Lisa avanzó hacia el jardín mientras Emilia y yo la seguíamos.

"Hiciste un buen trabajo, cariño", me dijo Lisa para luego consultar: ¿Ahora le vas a aplicar una capa extra de tierra vegetal?

"Claro, solo déjame ir a beber un poco de agua”, respondí mientras me agachaba para recoger mi camiseta húmeda.

Una vez en la cocina de la casa, me percaté que Emilia me había seguido mientras que Lisa se había quedado en el jardín.

¿Estás tratando de que me maten?, le consulté a Emilia ásperamente. 

"Tranquilízate tontín, yo lo arreglaré todo. Aún tendrás tu noche de cualquier cosa, te lo prometo", guiñándome un ojo.

Sin parar bebí dos litros de agua.

“Se nota que tenías sed, arando todo ese terreno bajo este sol”, dijo Emilia.

De pronto, vi que ella se asomaba por la ventana para luego preguntar:

¿Qué le viste a esa mujer?

¿Qué quieres decir?, le pregunté.

"No le gustan los deportes, no le gusta nada de lo que a ti te gusta y es aburrida", dijo Emilia para luego preguntar:

¿Acaso era diferente cuando salías con ella en la universidad?

“No, teníamos algunas cosas en común y nos atraíamos físicamente", le contesté a Emilia.

"Y ahora", dijo Emilia.

¿Y ahora qué?, la interrogué con cierto enfado.

“Te conozco desde hace mucho tiempo y sé que no eres feliz", afirmó Emilia.

"Soy feliz, bueno últimamente ha sido un poco difícil sobrellevar nuestro matrimonio ya que a veces ella se vuelve algo frustrante", respondí algo desanimado.

"Mientras digas que eres feliz está todo bien, pero no puedo dejar de pensar en qué habría pasado si hubiera estado más cerca de ti, me refiero a cuando ustedes salían", dijo Emilia.

“Pasado, ¿cómo?, le consulté con un tono de voz impaciente.

"No lo sé", respondió Emilia.

¿Nos habrías separado, acaso eso es lo que estás tratando de hacer ahora?, le consulté con tono de voz molesto.

"No, no estoy tratando de destruir tu matrimonio. Además, acabas de decirme que eres feliz pero a la vez admites que estás frustrado y quiero que sepas
que hay formas de aliviar esa frustración", concluyó Emilia.

¿Cómo?, pregunté intrigado.

Emilia sonrió de forma traviesa y cuando iba a contestar.

"José, José", era Lisa que me llamaba desde el jardín.

"Ya voy, querida", grité y salí a encontrarme con Lisa mientras Emilia me seguía.

¿Ahora vas a utilizar el fertilizante?, preguntó Lisa.

"Sí, cariño", respondí.

Tomé el rastrillo y empareje el nivel del sedimento para luego esparcir el fertilizante mientras Lisa y Emilia me observaban desde la entrada de la casa. Al cabo de unos minutos, me percaté que el cansancio estaba haciendo estragos en mis músculos así que le pregunté a Lisa.

¿Cómo se ve, cariño?

"Se ve muy bien", dijo Lisa.

"Amigo, muy buen trabajo", espetó Emilia.

"Muy bien, ahora iré a darme una ducha", respondí.

Sin mirar hacia atrás, me dirigí al cuarto de baño en donde me duché. Luego fui a la cocina a beber un poco más de agua y al asomarme por la ventana pude ver
a mi esposa y a mi mejor amiga a solo escasos centímetros de distancia. Mirándose fijamente la una a la otra como si estuvieran a punto de iniciar una pelea, entonces salí corriendo rápidamente con la intención de evitar algo que parecía inevitable.

Una vez que llegué a estar a menos de un metro de ellas, pude escucharlas claramente decir:

"Entras a mi casa y me dices que no merezco a mi esposo", le gritó Lisa a Emilia con tono desafiante y sin apartarse.

"Deja de quejarte, pareces una mujer insatisfecha", respondió Emilia molesta sin retroceder. 

Cuando ambas estaban frente a frente, mirándose fijamente, se abalanzaron la una hacia la otra haciendo que sus cuerpos colisionaran y cayeran al suelo enseguida comenzaron a rodar de un lado a otro y fue en ese momento que tuve la intención de separarlas, pero rápidamente desistí de la idea ya que era mejor que arreglasen la tensión que se había generado entre ellas por tanto tiempo. De hecho, continuaron luchando por el terreno y fue entonces que agarré la manguera del jardín y disparé un potente chorro de agua fría sobre ambas luchadoras. Para mi sorpresa, ninguna de ellas intentó detenerse es más ellas continuaron luchando con más ahínco que antes, a pesar de que sus ropas ahora estaban empapadas y embarradas ya que la tierra vegetal se había convertido en un verdadero lodazal.

Solo bastaron algunos segundos para que Lisa pudiera arrancar el vestido de Emilia, dejándola con un brasier blanco y pantaletas del mismo color. Una vez que Emilia se dio cuenta que solo había quedado vestida con su ropa interior, se abalanzó frenéticamente sobre Lisa arrancándole sus ropas y dejándola vestida con un brasier negro y unas pantaletas del mismo color. Ahora ambas mujeres estaban de pie, a escasos centímetros la una de la otra y con sus cuerpos totalmente embarrados mientras sus pechos se tocaban sutilmente. Debo señalar que ese fue un momento increíble ya que cada una se despojó lentamente de su ropa interior hasta quedar completamente desnudas. En eso volvieron a embestir sus cuerpos, cayendo una vez más al fango.

En ese momento al ver a mi mujer luchando en el lodo, me hizo excitarme, pero enfurecerme a la vez. Así que sin dudarlo, ingresé al campo de batalla y tomé a mi fangosa esposa y la alejé de su rival.

"Déjame seguir luchando, estoy ganando", gruñó Lisa intentando liberarse de mi agarre mientras su largo cabello castaño se hallaba totalmente enlodado y sus embarrados pechos desnudos se agitaban frenéticamente.

¿Cómo que estás ganando?, espetó Emilia mientras se ponía de pie totalmente enlodada.

"Maldita puta, no vas a robarme a mi hombre", gritó Lisa descontrolada.

“Si estás tan preocupada de eso, tal vez deberías esforzarte más para mantenerlo a tu lado", respondió iracunda Emilia.

"Por Dios, mírense, parecen unas locas”, grité enojado.

Luego de un silencio incómodo, Lisa y Emilia se miraron por unos segundos para luego echarse a reír de buena gana.

"Oh Dios mío, soy un maldito desastre", dijo Emilia riéndose a carcajadas.

"Yo parezco una verdadera loca", dijo Lisa también riéndose descontroladamente.

Sus risotadas me contagiaron por lo que me reí de buena gana junto con ellas. Al cabo de unos minutos, Lisa dijo:

"Bueno, es hora de limpiarse".

"Las damas primero", dije mientras recogía la manguera.

Lancé un chorro de agua sobre Lisa, quién comenzó a limpiarse todo su cuerpo. Luego de unos minutos, lo hizo Emilia.

"Puedes darte una ducha en el baño de huéspedes, nosotros usaremos el baño principal. Siéntete como en tu casa", le dijo Lisa a Emilia.

Una vez que salimos de la ducha, Lisa y yo le llevamos algo de ropa a mi amiga. De hecho, la encontramos  sentada en el sillón reclinable tomando una cerveza y viendo el juego de béisbol.  Ella solo vestía una toalla que rodeaba su cuerpo .

¿Esa ropa es para mí?, preguntó Emilia al vernos entrar a la sala.

"Sí, es lo mejor que pudimos encontrar", replicó Lisa.

Entonces Emilia se incorporó y soltó la toalla de su cuerpo, quedando completamente desnuda por algunos segundos entonces procedió a ponerse rápidamente la ropa que le habíamos llevado.

Una vez que Emilia se vistió, dijo:

"Me muero de hambre"

Mientras comíamos pizza y bebíamos cervezas, Emilia consultó:

¿Por qué no jugamos, verdad o reto?

"Sí, por que no?, respondió Lisa.

Justo en ese momento, me percaté que la noche había caído así que prendí las luces de la casa para luego ir a sentarme junto a Lisa en el sofá, dejando a Emilia en el sillón reclinable.

"Lisa, verdad o reto", dijo Emilia.

"Reto", dijo Lisa.

"Te reto a que muestres como haces una mamada", dijo Emilia sin tapujos.

"Lo haré con esta botella de cerveza", replicó Lisa.

Entonces mi mujer puso el cuello de la botella en su boca, imitando una mamada por alrededor de quince segundos y al finalizar le consultó a Emilia.

¿Qué te pareció?

"Genial, José eres un hombre afortunado", respondió Emilia con voz pícara.

"Emilia, verdad o reto?, dijo Lisa.

"Verdad", respondió Emilia.

¿Alguna vez has besado a una mujer?, preguntó Lisa.

"Sí", replicó Emilia rotundamente.

"José, verdad o reto", dijo Emilia.

"Reto", respondí.

"Te reto a que nos muestres tu pene", dijo Emilia con picardía.

¿Qué?, pregunté sorprendido.

"Vamos, anímate", exclamó Emilia.

Miré a Lisa esperando que ella protestara, pero al no decir nada me puse de pie luego bajé mis pantalones y mi bóxer quedando mi pene totalmente expuesto.

¿Cómo pasé tanto tiempo sin verlo?, preguntó Emilia con una sonrisa en su rostro.

"Nunca me lo pediste", respondí algo incómodo mientras apresurado subía mis pantalones y mi bóxer.

Lisa, ¿verdad o reto? pregunté rápidamente.

"Verdad", dijo Lisa.

¿Alguna vez has estado con una mujer?, le pregunté.

"Sí", dijo ella.

"José, te dije que había estado con dos personas antes de que nos conociéramos, lo que no te dije
fue que ambas eran mujeres", dijo Lisa.

¿Soy el único hombre con el que has estado?, pregunté angustiado.

"Sí, por supuesto. Supongo que ahora soy bisexual ya que desde joven me sentí atraída por las mujeres incluso en ese tiempo pensé que era lesbiana pero al conocerte quise tener una vida conyugal e hijos. Te amo José, de verdad. No quiero que pienses que soy infeliz contigo", respondió acongojada mi esposa.

No supe qué decir ya que me hallaba muy confundido, entonces giré mi cuerpo hacia Emilia y le consulté con enfado:

¿Tú sabías de esto?

"Sí, lo supuse", contestó Emilia.

¿Cómo nunca supe de esto?, pregunté en voz alta y mirando el techo.

"Porque eres un tonto, por tanto no podías ver lo que estaba en frente de tu cara", me contestó Emilia.

Emilia, ¿verdad o reto?, consultó Lisa.

“Verdad”, respondió Emilia.

¿Tú amas a José?

"Sí", oí decirle a Emilia.

"Oh, no te hagas el tonto, siempre me he sentido atraída por ti, quería ser tu esposa y tener una familia contigo pero también quería experimentar la vida y justo en ese tiempo conociste a Lisa entonces pensé muy bien, quizás yo pueda encontrar a otro José pero busqué y busqué durante muchos años hasta que me di cuenta que no hay otro hombre como tú", concluyó Emilia.

Se hizo un silencio muy incómodo, por mi parte intentaba procesar todo lo que había escuchado en los últimos minutos, es decir, mi esposa se acostaba con mujeres y mi mejor amiga siempre me había amado en silencio.

"No puedo creer que me ocultaras todo esto", le espeté molesto a Lisa.

¿Así como tú tratas de ocultar tu fetiche?, Sí, sé que te excitan las luchas de mujeres", dijo Lisa algo molesta.

"Bueno, siempre quise decírtelo pero no me atrevía ya que no sabía cómo reaccionarias”, respondí a la defensiva.

“Emilia, ¿verdad o reto?, dijo Lisa.

"Reto", dijo Emilia.

"Te reto a una lucha sexual, es decir, a que cada una use su sexo para forzar el orgasmo de la otra, la que se corre primero, pierde”, dijo Lisa.

“Acepto”, contestó Emilia sin titubear.

"Muy bien, vamos a la habitación", dijo Lisa con determinación.

Cuando ellas llegaron a nuestra habitación, se despojaron de sus ropas y luego se arrodillaron sobre la cama mientras yo observaba sus hermosos pechos que lucían del mismo tamaño mientras que sus sexos se asemejaban debido al recorte triangular aunque los rizados vellos negros de Lisa contrastaban con los lisos vellos rubios de Emilia. Mientras contemplaba su rivalidad, Emilia se sentó sobre la cama y abrió sus piernas totalmente dejando su sexo totalmente expuesto y desafiante. Al verla, Lisa ejecutó el mismo movimiento, aceptando el reto. Acto seguido, ellas avanzaron lentamente la una hacia la otra hasta que sus piernas quedaron entrelazadas como si fueran dos tijeras fusionadas, quedando sus sexos fuertemente unidos. Este contacto tan intimo hizo que sus clítoris comenzaran a frotarse.

Aunque la lucha sexual entre mi esposa y mi mejor amiga, resultaba ser muy excitante de ver y también de escuchar ya que los gemidos que ambas mujeres emitían cada vez que rozaban sus clítoris, era como música para mis oídos, pero paulatinamente pude notar que mi esposa estaba teniendo problemas para resistir los embates de Emilia ya que sus gemidos eran cada vez más sonoros y su expresión facial hacía presagiar que ella no tardaría mucho más en alcanzar un orgasmo.

Por su parte, Emilia controlaba mejor los embates de Lisa ya que su cuerpo mostraba un mayor dominio con respecto a este tipo de luchas. Al menos así lo pude suponer viéndola en acción. Fue así como Lisa lanzó un sonoro gemido, alcanzando el orgasmo. Pero pocos segundos después, Emilia también dejaba escapar un placentero gemido orgásmico que provenía desde lo más profundo de su ser y luego de un reparador descanso, ellas iniciaron un segundo encuentro sexual siendo Lisa la primera en alcanzar el orgasmo nuevamente.

De acuerdo a estos resultados, no tuve más remedio que declarar ganadora a mi mejor amiga Emilia.

Fue entonces que mi mejor amiga exclamó:

"Oh, Dios mío esto fue tan excitante, pero tan cansador a la vez así que iré a dormir para reponer fuerzas.

"Emilia, puedes dormir en la habitación de huéspedes", dijo Lisa.

"Voy a acompañar a Emilia a su habitación", le dije a Lisa.

"Muy bien, José", dijo Lisa.

Cuando Emilia y yo llegamos a la habitación de huéspedes, le dije:

"Está bien, cuéntame"

¿Qué?, me preguntó Emilia.

¿Qué le dijiste a Lisa para que se enfadara así?, le consulté.

¿Te refieres a la previa de la lucha en lodo?, preguntó Emilia.

"Sí”, respondí.

“Ella no se relajó con lo que le dije y creo que en ese momento ella se volvió honesta consigo misma y con lo que quería, entonces si era así, ella no te merecía", respondió Emilia.

¿Por qué nunca me dijiste lo que sentías por mí?, le pregunté.

"Como dije, no estaba lista para este tipo de vida que tú querías. Además, la vida se mueve tan rápido y si no te detienes y miras a tu alrededor de vez en cuando, podrías perderte", dijo Emilia con una sonrisa en el rostro.

Luego ingresó a la habitación y cerró la puerta.

                                                                                                                              Fin

« Last Edit: June 19, 2022, 10:52:16 PM by mich25 »

*

Offline sugoishadows

  • Full Member
  • ***
  • 31
  • Antonio Manuel
Re: Una esposa y una amiga (español)
« Reply #1 on: June 20, 2022, 05:35:17 AM »
Gracias por tu historia :)
I love fem vs fem, muscle mixed, stories, movies, manga.

*

Offline Tiberius J.C.

  • God Member
  • *****
  • 263
  • Profile pic: James Mason as Tiberius in "A.D."
Re: Una esposa y una amiga (español)
« Reply #2 on: June 22, 2022, 10:14:55 AM »
¡Excelente! Algo raro: los personajes son bien perfilados y la rivalidad entre las dos mujeres es verosímil. Debo confesar que quise matar al narrador cuando interrumpió la lucha en el lodo. ¡Qué meapilas! ¡Qué santurrón!  >:(
« Last Edit: June 22, 2022, 10:28:12 AM by Tiberius J.C. »

*

Offline cflover

  • God Member
  • *****
  • 366
  • I love catfights!
Re: Una esposa y una amiga (español)
« Reply #3 on: July 30, 2022, 08:01:34 AM »
His best friend destroy his wife in front of him sexfighting her!!!!!
It would be great they compete and fight for his cock.and Emilia win again.
Imagine Emilia ride his cock and Lisa serve sucking her tits and eating her pussy, admitting Emilia is better. 

*

Offline NightCat

  • Full Member
  • ***
  • 26
Re: Una esposa y una amiga (español)
« Reply #4 on: August 07, 2022, 11:26:33 PM »
Buenas noches

    Buena historia. Gracias por compartirla.

   Un saludo.

                                Juan.